Yo amaría a esa mujer que deambula
por un desierto de noches heladas
mientras le llegan los rumores de algún puerto
pero no rompen ellos su silencio
ni suavizan los surcos
que el dolor trazó en su cara
por un desierto de noches heladas
mientras le llegan los rumores de algún puerto
pero no rompen ellos su silencio
ni suavizan los surcos
que el dolor trazó en su cara
La amaría porque no se doblega
porque con la lluvia no penetran otras aguas
porque con la lluvia no penetran otras aguas
porque su cuerpo se abre ahí
donde a la primavera no le alcanza
donde a la primavera no le alcanza
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