sexta-feira, 6 de janeiro de 2012
Caballos
De Pablo Neruda en su libro Extravagario el poema titulado "Caballos" :
Vi desde la ventana los caballos.
Fue en Berlín, en invierno. La luz
era sin luz, sin cielo el cielo.
El aire blanco como un pan mojado.
Y desde mi ventana un solitario circo
mordido por los dientes del invierno.
De pronto, conducidos por un hombre,
diez caballos salieron a la niebla.
Apenas ondularon al salir, como el fuego,
pero para mis ojos ocuparon el mundo
vacío hasta esa hora. Perfectos, encendidos,
eran como diez dioses de largas patas puras,
de crines parecidas al sueño de la sal.
Sus grupas eran mundos y naranjas.
Su color era miel, ámbar, incendio.
Sus cuellos eran torres
cortadas en la piedra del orgullo,
y a los ojos furiosos se asomaba
como una prisionera, la energía.
Y allí en silencio, en medio
del día, del invierno sucio y desordenado,
los caballos intensos eran la sangre,
el ritmo, el incitante tesoro de la vida.
Miré, miré y entonces reviví: sin saberlo
allí estaba la fuente, la danza de oro, el cielo,
el fuego que vivía en la belleza.
He olvidado el invierno de aquel Berlín oscuro.
Pablo Neruda no livro Extravagario
quarta-feira, 4 de janeiro de 2012
A coberto do manto da noite
a coberto do manto da noite
podes anotar o calado despudor
nas vésperas da hipocrisia
intromete-se o murmúrio interrompido
de um tempo de atrevida mediocridade
é implacável o cerco à intolerância
ou pretextos de autos de fé
apaga-se o trilho da vergonha
que se desenhava no êxodo dos pássaros
desnudas a ingratidão de vencedores
e dos vencidos
acendes no rosto das crianças álacres
um novo alento de manhãs profícuas
permite-se-nos o vagar de frágeis animais
no mundo dos atalhos
és a desordem que sobrevive
à geometria triangular do amor
no aparente descanso dos recalcitrantes da luz
chegas e a história repete-se
os pés descalços dão outra gravidade
à trilogia das pedras
à volta das lâmpadas inconfundíveis mãos inocentes
é possível apenas um beijo fugaz
na profunda liberdade de uma lágrima
pode acender-se depois a áurea
de uma insólita humanidade
e a firmeza do golpe de misericórdia desferido
na sombra
Lisboa, 9 de Novembro de 2011
Carlos Vieira
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